La negociación de la compra de Bolivia de dos refinerías de la estatal brasileña Petrobras está en una etapa de incertidumbre al no llegarse a un primer acuerdo sobre el valor.
El gobierno del mandatario, Evo Morales, ofrece un pago de 60 millones de dólares, teniendo en cuenta lo que registran los libros contables, en tanto, la empresa brasileña asegura que el valor de ambas refinerías no es menor a 180 millones de dólares.
Las dos instalaciones, una en la ciudad boliviana de Cochabamba (centro) y la otra en Santa Cruz (oriente), fueron compradas por Petrobras al Estado boliviano en 1999 en una licitación por 104 millones de dólares.
'La decisión de la recuperación de las refinerías está dada, es irreversible y esto se logrará tarde o temprano. Hemos sido muy cautelosos para mantener unas relaciones de buena negociación, de buena amistad con Petrobras', dijo el vicepresidente del país del altiplano, Alvaro García.
Ambas partes alcanzaron 'un acuerdo de principios' para que esas dos plantas pasen a manos del Estado boliviano, luego de la nacionalización de los hidrocarburos decretada por Morales el 1 de mayo de 2006, incluyendo otros aspectos del negocio en el sector, pero no sobre el precio de la transferencia de las plantas.
'Petrobras acepta una serie de medidas que vamos a asumir en los siguientes días en torno al tipo de trabajo que va hacer la refinería como vendedora de servicio, ya no como propietaria de los productos que salen de refinería, como hasta ahora. Ahí hay acuerdo', indicó García.
Si es necesario, agregó, se contratará a una empresa para que haga una valoración de las refinerías, porque Bolivia 'no quiere dar un sólo paso sin una certificación legal'.
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El gobierno del mandatario, Evo Morales, ofrece un pago de 60 millones de dólares, teniendo en cuenta lo que registran los libros contables, en tanto, la empresa brasileña asegura que el valor de ambas refinerías no es menor a 180 millones de dólares.
Las dos instalaciones, una en la ciudad boliviana de Cochabamba (centro) y la otra en Santa Cruz (oriente), fueron compradas por Petrobras al Estado boliviano en 1999 en una licitación por 104 millones de dólares.
'La decisión de la recuperación de las refinerías está dada, es irreversible y esto se logrará tarde o temprano. Hemos sido muy cautelosos para mantener unas relaciones de buena negociación, de buena amistad con Petrobras', dijo el vicepresidente del país del altiplano, Alvaro García.
Ambas partes alcanzaron 'un acuerdo de principios' para que esas dos plantas pasen a manos del Estado boliviano, luego de la nacionalización de los hidrocarburos decretada por Morales el 1 de mayo de 2006, incluyendo otros aspectos del negocio en el sector, pero no sobre el precio de la transferencia de las plantas.
'Petrobras acepta una serie de medidas que vamos a asumir en los siguientes días en torno al tipo de trabajo que va hacer la refinería como vendedora de servicio, ya no como propietaria de los productos que salen de refinería, como hasta ahora. Ahí hay acuerdo', indicó García.
Si es necesario, agregó, se contratará a una empresa para que haga una valoración de las refinerías, porque Bolivia 'no quiere dar un sólo paso sin una certificación legal'.
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