Cuando Hugo Chávez ganó la Presidencia en diciembre de 1998, el barril de petróleo venezolano se cotizaba por debajo de 8 dólares. Hace cuatro meses, esos 159 litros de crudo se pagaban a más de 132 billetes verdes. Diez años de alza y bonanza en el precio de los hidrocarburos le han permitido al mandatario el dispendio entre sus partidarios y el vilipendio de sus rivales. Pero la recesión económica mundial puede ser el fin de una década de alegrías revolucionarias. Hasta ahora, Venezuela elaboraba su presupuesto anual teniendo como referencia un barril a 35 dólares. El superávit de ingresos -que compensaba la caída en la producción ante el mal manejo de la petrolera estatal Pdvsa- le ha permitido a Chávez diseminar programas sociales, ayudar a sus afines ideológicos y crear una nueva clase social, la boliburguesía, a la que “se le olvidó ronear”, pues pasó de consumir ron barato a beber whisky escocés del mejor.
Sin embargo, la avalancha de divisas no revirtió en la creación de infraestructuras o en el aumento del PIB per cápita, que hoy es el mismo que hace diez años. Sí que ha servido para elevar casi un 50 por ciento el nivel de renta de los sectores más pobres de la población (más de un tercio de los 28 millones de venezolanos), vivero donde crecen los votos oficialistas.
Según un informe del Real Instituto Elcano, Chávez “ha aprovechado los grandes flujos de 'petrodólares' para financiar sus ingentes gastos sociales y subvencionar sus objetivos geopolíticos. Pero su creciente intervencionismo en el sector energético amenaza el nivel de inversión y producción, mientras que su intento de desviar sus exportaciones, tradicionalmente destinadas a EE.UU., a los crecientes mercados asiáticos no tendrá ningún impacto tangible más allá de lo mediático y superficial. Tampoco está claro que los gastos sociales serán capaces de crear una base para un desarrollo económico sostenido”.
Además, ahora, las vacas gordas adelgazan día a día. El barril de petróleo ha caído por debajo de los 45 dólares, y el presupuesto para 2009 ha tomado como base un precio de entre 55 y 60.
Venezuela produce, según la cuota oficial de la OPEP, más de tres millones de barriles diarios, aunque la Agencia Internacional de la Energía en París reducen la cifra a dos millones y medio. Casi en su totalidad se destinan a la exportación. Sus reservas probadas rondan los cien mil millones de barriles, y en el subsuelo de la Faja del Orinoco hay casi otros 300.000 millones de barriles de crudo ultra-pesado, con elevada proporción de azufre, que convertirían a Venezuela en el primer yacimiento mundial. Pero, para su explotación, se necesitarían inversiones y tecnología de las que carece y unos precios mantenidos por encima de los 40 dólares/barril. Hugo Chávez ha manifestado que “tú me pones el petróleo a 60 dólares y yo te digo que Venezuela no se verá afectada”. Pero, de ser así, el país experimentaría una reducción del 40 por ciento de sus ingresos petroleros, alrededor de 25.000 millones de dólares, mientras que la deuda externa alcanza ya los 80.000 millones de dólares.
Sin embargo, la avalancha de divisas no revirtió en la creación de infraestructuras o en el aumento del PIB per cápita, que hoy es el mismo que hace diez años. Sí que ha servido para elevar casi un 50 por ciento el nivel de renta de los sectores más pobres de la población (más de un tercio de los 28 millones de venezolanos), vivero donde crecen los votos oficialistas.
Según un informe del Real Instituto Elcano, Chávez “ha aprovechado los grandes flujos de 'petrodólares' para financiar sus ingentes gastos sociales y subvencionar sus objetivos geopolíticos. Pero su creciente intervencionismo en el sector energético amenaza el nivel de inversión y producción, mientras que su intento de desviar sus exportaciones, tradicionalmente destinadas a EE.UU., a los crecientes mercados asiáticos no tendrá ningún impacto tangible más allá de lo mediático y superficial. Tampoco está claro que los gastos sociales serán capaces de crear una base para un desarrollo económico sostenido”.
Además, ahora, las vacas gordas adelgazan día a día. El barril de petróleo ha caído por debajo de los 45 dólares, y el presupuesto para 2009 ha tomado como base un precio de entre 55 y 60.
Venezuela produce, según la cuota oficial de la OPEP, más de tres millones de barriles diarios, aunque la Agencia Internacional de la Energía en París reducen la cifra a dos millones y medio. Casi en su totalidad se destinan a la exportación. Sus reservas probadas rondan los cien mil millones de barriles, y en el subsuelo de la Faja del Orinoco hay casi otros 300.000 millones de barriles de crudo ultra-pesado, con elevada proporción de azufre, que convertirían a Venezuela en el primer yacimiento mundial. Pero, para su explotación, se necesitarían inversiones y tecnología de las que carece y unos precios mantenidos por encima de los 40 dólares/barril. Hugo Chávez ha manifestado que “tú me pones el petróleo a 60 dólares y yo te digo que Venezuela no se verá afectada”. Pero, de ser así, el país experimentaría una reducción del 40 por ciento de sus ingresos petroleros, alrededor de 25.000 millones de dólares, mientras que la deuda externa alcanza ya los 80.000 millones de dólares.
Source: ABC| by MANUEL M. CASCANTE
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