by Francisco Oliveira
¿Desidia o estrategia? Hace algunos días, Jeremy Martin, director del Programa de Energía del Instituto de las Américas, llamó varias veces a Buenos Aires para invitar a Daniel Cameron, secretario de Energía, al seminario que empezó ayer aquí, en el hotel Hilton. Respuesta: no está, está ocupado, llame luego. Nunca pudieron hablar, y ni Cameron ni ningún funcionario argentino están aquí.
La anécdota sirve para explicar por qué el país, que ve caer desde 1998 su producción de petróleo y desde hace cuatro años la de gas, aun con los precios más altos de las últimas tres décadas, no participa de este encuentro. La ausencia puede ser casual, pero no ajena a una controversia corroborada ayer aquí: según los petroleros, los precios que imperan en la Argentina no son atractivos para invertir en exploración.
La sentencia surgió, más que nada, de consultas específicas hechas por LA NACION, porque la Argentina casi no formó parte de la agenda de la XVI Conferencia de Energía de América latina. Sí, en cambio, tuvieron paneles Brasil, México, Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador y Guatemala.
Tras su inconclusa espera telefónica, Martin fue también el más contundente para definir la situación argentina. "El 3 a 1 es clave -dijo-. Hay empresas que invirtieron un dólar y tienen que recuperar 30 centavos. Se salió de una crisis en 2001 y el Presidente tomó una decisión populista: congelar precios. Es entendible, pero repercute en la inversión. ¿Cómo es posible que sólo la industria haya tenido aumentos en las tarifas y se haya excluido a los hogares?"
Las palabras no surgen tantas veces con tanta facilidad. Debió hacer un esfuerzo retórico Benigna Leiss, business advisor (consejera de negocios) para América latina de la norteamericana Chevron. Durante su exposición, dijo que la compañía tenía interés en la región y habló de dos tipos de países. "Hay algunos que incentivan la inversión. Son Brasil, Colombia y Perú. En los países con agenda nacionalista, en cambio, se frena la inversión." No dio nombres. Pero Chevron está en la Patagonia y Leiss pareció olvidarlo.
Poca presencia privada
No sólo faltó presencia oficial. Hubo pocos ejecutivos privados argentinos en el Hilton. "Es una lástima. Acá deberían estar todos los petroleros del país y no vino nadie", se lamentó uno de los contados directivos de Buenos Aires. "Creo que es una cuestión ideológica", agregó un analista. En realidad, el reclamo por los precios es tan recurrente como la negativa argentina a aumentarlos. Hace tres años, cuando despuntaban los cortes de gas a Chile, el gobierno de Ricardo Lagos le ofreció al ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, pagar más caro el fluido con la condición de que no se les cortara. El no fue terminante.
LA NACION aprovechó el panel conjunto que dieron Exxon Mobil y Shell para preguntar por qué estas petroleras, dos de las más importantes del mundo, no tenían negocios significativos en producción de hidrocarburos en la Argentina. Sí, en cambio, en refinación y venta de combustibles. Ambos fueron cautos. Elwyn Griffiths, vicepresidente de Desarrollo de la división Exploración de Exxon, objetó que en realidad sí existía actividad y nombró las operaciones que tiene en Neuquén y Salta. "Nosotros evaluamos los méritos técnicos de cada país y las posibilidades de que funcionen las condiciones económicas para ambas partes: tanto el Estado como la compañía."
La respuesta de Olivier Lazare, vicepresidente de Desarrollo de Nuevos Negocios para las Américas de Shell, fue muy similar. "Sí que estamos en el país -se adelantó-. Tenemos operaciones de upstream (extracción de petróleo) en Acambuco. Nosotros observamos los negocios globalmente."
Los problemas no son sólo argentinos. Informes difundidos aquí hablan de 14 países de la región en condiciones cuya sola semántica espantaría a la Casa Rosada: crisis energética. La Argentina está incluida.
¿Se acabó entonces el gas argentino y es inevitable recurrir a Bolivia?, preguntó LA NACION a Arturo Vilas, managing director de Tristone Capital para América latina. "No, en absoluto -contestó-. Pero la Argentina tiene un precio que es una fracción de lo que se paga no ya en Estados Unidos, sino también en países vecinos. No hay mucho incentivo para explorar. La Argentina tiene muchísimo potencial, pero desde que se toma una decisión sacarlo puede demorar 5 años." Un optimismo similar al del brasileño Decio Oddone, CEO de Petrobras para el Cono Sur. "¿Quién iba a decir, en los años 70, que Brasil llegaría al autoabastecimiento? -se preguntó-. No hay que ser tajante con la Argentina."
www.BajaeNergyBLOG.com/Te interesa el Mundo del Petroleo y Gas
La anécdota sirve para explicar por qué el país, que ve caer desde 1998 su producción de petróleo y desde hace cuatro años la de gas, aun con los precios más altos de las últimas tres décadas, no participa de este encuentro. La ausencia puede ser casual, pero no ajena a una controversia corroborada ayer aquí: según los petroleros, los precios que imperan en la Argentina no son atractivos para invertir en exploración.
La sentencia surgió, más que nada, de consultas específicas hechas por LA NACION, porque la Argentina casi no formó parte de la agenda de la XVI Conferencia de Energía de América latina. Sí, en cambio, tuvieron paneles Brasil, México, Venezuela, Chile, Colombia, Ecuador y Guatemala.
Tras su inconclusa espera telefónica, Martin fue también el más contundente para definir la situación argentina. "El 3 a 1 es clave -dijo-. Hay empresas que invirtieron un dólar y tienen que recuperar 30 centavos. Se salió de una crisis en 2001 y el Presidente tomó una decisión populista: congelar precios. Es entendible, pero repercute en la inversión. ¿Cómo es posible que sólo la industria haya tenido aumentos en las tarifas y se haya excluido a los hogares?"
Las palabras no surgen tantas veces con tanta facilidad. Debió hacer un esfuerzo retórico Benigna Leiss, business advisor (consejera de negocios) para América latina de la norteamericana Chevron. Durante su exposición, dijo que la compañía tenía interés en la región y habló de dos tipos de países. "Hay algunos que incentivan la inversión. Son Brasil, Colombia y Perú. En los países con agenda nacionalista, en cambio, se frena la inversión." No dio nombres. Pero Chevron está en la Patagonia y Leiss pareció olvidarlo.
Poca presencia privada
No sólo faltó presencia oficial. Hubo pocos ejecutivos privados argentinos en el Hilton. "Es una lástima. Acá deberían estar todos los petroleros del país y no vino nadie", se lamentó uno de los contados directivos de Buenos Aires. "Creo que es una cuestión ideológica", agregó un analista. En realidad, el reclamo por los precios es tan recurrente como la negativa argentina a aumentarlos. Hace tres años, cuando despuntaban los cortes de gas a Chile, el gobierno de Ricardo Lagos le ofreció al ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, pagar más caro el fluido con la condición de que no se les cortara. El no fue terminante.
LA NACION aprovechó el panel conjunto que dieron Exxon Mobil y Shell para preguntar por qué estas petroleras, dos de las más importantes del mundo, no tenían negocios significativos en producción de hidrocarburos en la Argentina. Sí, en cambio, en refinación y venta de combustibles. Ambos fueron cautos. Elwyn Griffiths, vicepresidente de Desarrollo de la división Exploración de Exxon, objetó que en realidad sí existía actividad y nombró las operaciones que tiene en Neuquén y Salta. "Nosotros evaluamos los méritos técnicos de cada país y las posibilidades de que funcionen las condiciones económicas para ambas partes: tanto el Estado como la compañía."
La respuesta de Olivier Lazare, vicepresidente de Desarrollo de Nuevos Negocios para las Américas de Shell, fue muy similar. "Sí que estamos en el país -se adelantó-. Tenemos operaciones de upstream (extracción de petróleo) en Acambuco. Nosotros observamos los negocios globalmente."
Los problemas no son sólo argentinos. Informes difundidos aquí hablan de 14 países de la región en condiciones cuya sola semántica espantaría a la Casa Rosada: crisis energética. La Argentina está incluida.
¿Se acabó entonces el gas argentino y es inevitable recurrir a Bolivia?, preguntó LA NACION a Arturo Vilas, managing director de Tristone Capital para América latina. "No, en absoluto -contestó-. Pero la Argentina tiene un precio que es una fracción de lo que se paga no ya en Estados Unidos, sino también en países vecinos. No hay mucho incentivo para explorar. La Argentina tiene muchísimo potencial, pero desde que se toma una decisión sacarlo puede demorar 5 años." Un optimismo similar al del brasileño Decio Oddone, CEO de Petrobras para el Cono Sur. "¿Quién iba a decir, en los años 70, que Brasil llegaría al autoabastecimiento? -se preguntó-. No hay que ser tajante con la Argentina."
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