Argelia y Rusia han decidido reforzar sus relaciones energéticas, con la perspectiva de repartirse el mercado europeo del gas natural, a la luz de la visita a Argel del ministro ruso de Energía, Viktor Khristenko.
Los dos países son grandes productores y exportadores de esta energía no contaminante y han decidido, no entrar en competencia sino ir a un esquema de reparto del mercado provechoso para ellos.
Khristenko dirige una delegación formada por altos ejecutivos de las compañías Gazprom, Lukoil y Rosneft, y durante su visita de cuatro días ha visitado el principal yacimiento argelino de gas natural, situado en la zona de Hassi Rmel, así como la zona industrial petrolera y gasística de Arzew. También durante la visita el ministro ruso y su colega argelino, Chakib Jelil, han firmado un memorando en el que figura el entramado y las diferentes fases de su cooperación en el terreno energético.
Rusia, dio a entender el presidente ruso, Vladimir Putin, cuando visitó Argel en marzo del año pasado, quiere establecer "una firme alianza entre socios" sobre el gas natural, sin que ello desemboque en la formación de una "Opep del gas", temor que ya ha sido objeto de atención por parte de la comisión europea de Bruselas.
La empresa nacional argelina Sonatrach y la rusa Gazprom elaboraron en agosto de 2006 una serie de proyectos sobre la prospección, extracción, transporte, tratamiento y comercialización del gas, que ahora serán puestos sobre la mesa durante la visita del ministro ruso de Energía. La cooperación en ese marco cobró una acuciante actualidad con la crisis gasística provocada por la suspensión de exportaciones de gas ruso a Ucrania, primero, y posteriormente con las diferencias sobre precios con Georgia y Bielorusia, que suscitaron resquemores entre los socios europeos del gas ruso.
Argel y Moscú exportan conjuntamente a Europa 220.000 millones anuales de metros cúbicos de gas natural, de los que 60.000 millones corresponden a Argelia, país que se ha dado como objetivo ir a los 80.000 millones al horizonte 2010 o antes si se puede. Rusia, por su parte, ha aceptado la participación de Argelia en el proyecto gasístico de la región del Báltico, en unión de canadienses y británicos, con una inversión inicial de 1.000 millones de dólares.
El presidente de Sonatrach, Mohamed Mezian, ha reiterado en varias ocasiones que el deseo de Argel no apunta a la constitución de un Cartel del gas natural, sino a obtener la mayor parte posible del mercado, en particular en Europa y los Estados Unidos. A título de ejemplo, se ha citado el caso de Polonia, que tiene como proveedor de gas a Rusia por un 45 por ciento de sus necesidades y espera ahora llegar a un acuerdo de cuota con Argelia, objeto de la visita que hizo Jelil a Varsovia a principios de esta semana.
A juicio de los expertos del sector, es evidente que un reparto del mercado europeo se proyectará inevitablemente sobre los precios, y a ello está atenta la comisión europea, tal y como hizo observar en Argel, el año pasado, el comisario de Energía, Andris Piebalgs.
Argel tiene también el mayor interés en sumirse al "tren" ruso, después de que Putin le hiciera el soberbio regalo de suprimir de un trazo la deuda exterior establecida durante la época soviética, por un montante de 4.700 millones de dólares.
Los dos países son grandes productores y exportadores de esta energía no contaminante y han decidido, no entrar en competencia sino ir a un esquema de reparto del mercado provechoso para ellos.
Khristenko dirige una delegación formada por altos ejecutivos de las compañías Gazprom, Lukoil y Rosneft, y durante su visita de cuatro días ha visitado el principal yacimiento argelino de gas natural, situado en la zona de Hassi Rmel, así como la zona industrial petrolera y gasística de Arzew. También durante la visita el ministro ruso y su colega argelino, Chakib Jelil, han firmado un memorando en el que figura el entramado y las diferentes fases de su cooperación en el terreno energético.
Rusia, dio a entender el presidente ruso, Vladimir Putin, cuando visitó Argel en marzo del año pasado, quiere establecer "una firme alianza entre socios" sobre el gas natural, sin que ello desemboque en la formación de una "Opep del gas", temor que ya ha sido objeto de atención por parte de la comisión europea de Bruselas.
La empresa nacional argelina Sonatrach y la rusa Gazprom elaboraron en agosto de 2006 una serie de proyectos sobre la prospección, extracción, transporte, tratamiento y comercialización del gas, que ahora serán puestos sobre la mesa durante la visita del ministro ruso de Energía. La cooperación en ese marco cobró una acuciante actualidad con la crisis gasística provocada por la suspensión de exportaciones de gas ruso a Ucrania, primero, y posteriormente con las diferencias sobre precios con Georgia y Bielorusia, que suscitaron resquemores entre los socios europeos del gas ruso.
Argel y Moscú exportan conjuntamente a Europa 220.000 millones anuales de metros cúbicos de gas natural, de los que 60.000 millones corresponden a Argelia, país que se ha dado como objetivo ir a los 80.000 millones al horizonte 2010 o antes si se puede. Rusia, por su parte, ha aceptado la participación de Argelia en el proyecto gasístico de la región del Báltico, en unión de canadienses y británicos, con una inversión inicial de 1.000 millones de dólares.
El presidente de Sonatrach, Mohamed Mezian, ha reiterado en varias ocasiones que el deseo de Argel no apunta a la constitución de un Cartel del gas natural, sino a obtener la mayor parte posible del mercado, en particular en Europa y los Estados Unidos. A título de ejemplo, se ha citado el caso de Polonia, que tiene como proveedor de gas a Rusia por un 45 por ciento de sus necesidades y espera ahora llegar a un acuerdo de cuota con Argelia, objeto de la visita que hizo Jelil a Varsovia a principios de esta semana.
A juicio de los expertos del sector, es evidente que un reparto del mercado europeo se proyectará inevitablemente sobre los precios, y a ello está atenta la comisión europea, tal y como hizo observar en Argel, el año pasado, el comisario de Energía, Andris Piebalgs.
Argel tiene también el mayor interés en sumirse al "tren" ruso, después de que Putin le hiciera el soberbio regalo de suprimir de un trazo la deuda exterior establecida durante la época soviética, por un montante de 4.700 millones de dólares.
Via: EFE
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