miércoles, 18 de abril de 2007

SUDAMERICA: UNASUR, la energía y el liderazgo de Chávez

Análisis realizado por: Patricio Navia (INFOLATAM)

"... Chávez es hoy por hoy el líder más influyente en Sudamérica. Chávez logró que el nombre de la organización que representa a Sudamérica se asocie con el concepto de “sur” que él ha venido impulsando.."

En la cumbre de países suramericanos, el mandatario venezolano Hugo Chávez demostró ser el líder más influyente en la región y dejó claro que su modelo de integración regional se basa en la demanda por energía que tienen los países miembros de la nueva UNASUR (Unión de Naciones Suramericanas, ex Comunidad Sudamericana de Naciones.)

La primera Cumbre Energética Suramericana realizada en Venezuela constituyó una ocasión inmejorable para que Chávez demostrara que su liderazgo no tiene contrapesos en Sudamérica. Con la asistencia de los mandatarios Néstor Kirchner de Argentina, Lula de Brasil, Evo Morales de Bolivia, Álvaro Uribe de Colombia, Michelle Bachelet de Chile, Rafael Correa de Ecuador, Nicanor Duarte de Paraguay y el propio Chávez, 8 de los 12 países de la región estuvieron representados por sus presidentes. Uruguay envió a su vicepresidente, Surinam a un ministro delegado y Guyana a su primer ministro. Perú estuvo representado por su ministro de relaciones exteriores.

La impresionante convocatoria de la cumbre dejó en claro que si bien muchos países no comparten las políticas ni el estilo del locuaz venezolano, Chávez es hoy por hoy el líder más influyente en Sudamérica. Chávez logró que el nombre de la organización que representa a Sudamérica se asocie con el concepto de “sur” que él ha venido impulsando para contraponer al de integración de todas las Américas (al estilo ALCA) en hace una década impulsaban Estados Unidos y México. Como Brasil siempre ha tenido una rivalidad evidente con México, la iniciativa de Chávez facilita el liderazgo regional de Brasil y limita el de México a las naciones de América Central. Y como ningún otro presidente de la región se anima a posicionar un polo alternativo de influencia, Chávez ha logrado controlar la agenda política de integración.

En su llamado a diversificar la matriz energética, Chávez redefinió los ejes del debate. La integración regional ahora se asocia con la energía. La creciente demanda por energía atrajo el interés por esta cumbre en todos los países de Sudamérica. Ya que Venezuela posee las mayores reservas de petróleo en la zona y Bolivia—cuyo presidente es un cercano aliado de Chávez—tiene enormes reservas de gas, cualquier plan estratégico energético de la región debe incluir a esos dos países. Si hasta hace poco la agenda de integración latinoamericana incluía muchos otros temas, Chávez logró supeditarla en el corto plazo a la cuestión energética. Allí es donde el líder venezolano puede ejercer más influencia. Después de estar asociada con el libre comercio y la consolidación democrática, a partir de ahora el nuevo eje de unión sudamericano será la energía.

El modelo socialista que promueve Chávez otorga un papel estratégico al sector público. Para Chávez, las fuentes de energía de cada país debieran estar en manos del estado. Desde la venezolana PDVSA hasta la boliviana YPFB—sin olvidar a Petroecuador y la brasileña Petrobras—varias de las principales empresas energéticas de la región están totalmente o parcialmente en manos del estado. En la medida que Chávez logré construir una red de cooperación entre esas compañías, los incentivos para que otros países nacionalicen su sector energético y tomen ventaja de las oportunidades para colaboración aumentarán. La intención de Chávez es que los países que promueven políticas de privatizaciones queden aislados y sus costos energéticos—especialmente el de gas—aumenten significativamente. Así, los incentivos para sumarse a este proyecto de unificación energética suramericana aumentarán. La sensación de descontento con el modelo neoliberal llevará a varios sectores a alzar su voz a favor de la nacionalización de la energía. Además de producir presión política para sumarse al proyecto de Chávez, de ser exitoso, este modelo de integración energética terminará siendo muy costoso para los países que se nieguen a participar.

El modelo de integración de Chávez es simple y claro. El sueño de unidad suramericana de Bolívar pasa por la integración energética—a través de empresas controladas por el Estado—de los países de la región. Naturalmente, los obstáculos en el camino para lograr este objetivo son mayores. Las privatizaciones y las políticas de libre mercado han avanzado y se han consolidado en Chile y Brasil. Perú y Colombia también parecen más interesados en seguir el modelo neoliberal que en asociarse al proyecto de integración chavista.

Pero al menos en esta cumbre energética, Chávez dejó en claro que él tiene un modelo de integración plausible. Ninguno de los defensores del libre mercado en la región parece tener una alternativa igualmente atractiva. Chávez también subrayó, una vez más, que el suyo es el liderazgo más claro e incuestionable de la región. Nadie le hace hoy sombra en Sudamérica al Presidente de Venezuela. Aunque el suyo sea un sueño con más tintes de nostalgia de los años de la industrialización impulsada por el estado que de la realidad globalizada de hoy, su sueño de integración energética de Sudamérica es el único plan concreto de integración que está hoy sobre la mesa de negociaciones.


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